Presenta una alta concentración de color con un tono rojo profundo y reflejos rubí intensos, limpios y brillantes. Su densidad visual denota estructura y madurez fenólica. Al girar la copa, deja lágrimas lentas y consistentes, que anticipan cuerpo medio-alto y buena concentración. Su aspecto es elegante, propio de un vino con potencial de guarda.
En nariz es complejo, expresivo y refinado. Se perciben notas iniciales de frutos rojos maduros —cereza en licor, zarzamora y frambuesa confitada—, seguidas de delicados matices especiados como pimienta negra, canela y clavo, además de sutiles notas de tabaco, cuero y nuez tostada provenientes de su crianza en barrica. Con aireación, emergen tonos de violetas secas, cacao y un fondo balsámico, aportando profundidad y elegancia al bouquet.
En boca es sedoso y estructurado, con taninos maduros y bien integrados que envuelven el paladar con armonía. Su entrada es amplia y redonda, desplegando capas de fruta madura, especias dulces y una sutil mineralidad. La acidez equilibrada sostiene su frescura, mientras que su final es largo, elegante y persistente, con recuerdos a fruta negra, tabaco y cacao. Muestra un excelente potencial de evolución en botella, digno de vinos de guarda.
Ideal para carnes rojas a la parrilla, cortes madurados, cordero rostizado o pastas con salsas intensas. También armoniza con platillos de caza, quesos maduros o guisos especiados. Su carácter estructurado y elegante lo convierte en un vino ideal para maridar con platos de cocina mexicana contemporánea.
Temperatura de servicio recomendada: 16–18 °C. Se sugiere decantar 30 minutos antes de servir para abrir plenamente su expresión aromática.
Añejamiento por 18 meses en roble americano y francés.
Alcohol: 13.9%
